Pueblos y/o ciudades
por los que transcurre la etapa:
Alpirsbach – Rotenbach – Schenkenzell – Schiltach – Kinzigtal – Wolfach – Gutach – Hornberg – Niederwasser
– Triberg
Track de la
etapa:
Descripción de
la etapa:
En Schiltach |
Esta
etapa tiene una primera parte de bajada suave y una segunda parte de ascensión
hasta Triberg. Partiendo desde el camping seguimos el camino que habíamos
dejado el día anterior, retomando de nuevo el carril bici junto a la vía del
tren.
Este
día también pasamos por diferentes pueblos muy bonitos y cabe destacar el
pueblo de Schiltach, salpicado por el río Kinzig y con sus casas con entramado
de madera, hacen las delicias de cualquier turista.
En Wolfach. |
Más adelante, paramos en Wolfach, un pueblo con pequeños canales por sus calles, lleno de banderas y con muchas cafeterías a lo largo de la calle principal.
Si
hay que poner un pero a este día es el horrible calor que tuvimos que soportar.
Al mediodía alcanzamos los 35 grados, nosotros que íbamos buscando temperaturas
más agradables que en España nos encontramos con el mismo calor o peor.
En Gutach se puede visitar el museo Vogtsbauernhof (http://es.vogtsbauernhof.de/) que explica la historia cultural de la región rural de la selva negra y también, junto al museo hay una especie de montaña rusa o tobogán (http://www.sommerrodelbahn-gutach.de/)
El camino paralelo a la vía del tren. |
La
última parte, el ascenso a Triberg, se inicia en Niederwasser, un pueblo en el
que en la carretera encontramos un reloj de cuco que aparte de tocar las horas
en punto, tiene la posibilidad de activarlo a la hora que sea por 1€. A
nosotros nos hizo gracia, bastante más que el reloj astronómico de Estrasburgo.
A
partir de aquí, empezamos un tramo de carretera que al principio no cuenta con
carril bici pero a los pocos quilómetros sí. Es posible que haya una
alternativa que evite circular por el primer tramo de carretera aunque con el
calor que hacía no estábamos para investigaciones.
Finalmente
llegamos a Triberg y nos alojamos en el hotel zum Bären, un hotel muy sencillo con un personal muy amable y donde pudimos dejar las bicicletas en una sala bien
resguardadas.
Como
llegamos al mediodía, tuvimos tiempo para pasear por la calle principal del
pueblo (donde se encuentran la mayoría de establecimientos que por supuesto no
encontrareis abiertos más allá de las seis de la tarde) y las famosas cascadas.
Dentro del recinto puedes hacer diferentes itinerarios caminando para apreciar
la caída del agua entremedio del bosque. También tienes la opción de comprar
cacahuetes para dar de comer a las ardillas (a las que nosotros no vimos) o
para comértelas tú mismo. Nosotros tuvimos que escoger la segunda opción.
En las cascadas de Triberg. |
Por
la noche (bueno, por la tarde) cenamos en un restaurante en el que tenían la
carta en castellano y además la camarera lo hablaba bastante bien.
Ahora sí, por la noche, fuimos a la heladería Venezia donde comimos un par de copas de helado riquísimas, las cuales quemamos a primera hora de la mañana al día siguiente.
Ahora sí, por la noche, fuimos a la heladería Venezia donde comimos un par de copas de helado riquísimas, las cuales quemamos a primera hora de la mañana al día siguiente.
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